DE LA DESNUTRICIÓN A LA OBESIDAD
Qué cambio comparado con el
siglo anterior donde la prioridad era acabar con el hambre y la desnutrición a
nivel mundial, sin embargo, el objetivo inicial sobrepasa el límite. La
concepción que poseemos de los países
menos desarrollados, ha evolucionado encontrándonos con noticias como “La OMS alerta que la obesidad infantil se
duplica en los países pobres”. Es un disparate que países con medios y
bajas rentas, cuya población crece más rápidamente, no lo hace de manera
correcta.
En 2016, se registra que la obesidad infantil, comprendida en menores de 5 años, afecta a 42 millones a nivel mundial. El 83% de esta cifra (35 millones), se concentra en países de ingresos medios y bajos. ¿Cómo es posible que los países con menos recursos hayan cambiado la desnutrición por la obesidad?
Como mencionábamos unos días atrás, en la noticia “Las familias con bajos recursos viven menos por la mala alimentación”, el problema viene relacionado con cuánto cuesta llenar la despensa con alimentos saludables y cuánto con productos basados en azúcar y aceites. Ciertamente, comprar un refresco es más barato que una botella de agua mineral. Actualmente, “no basta con tener acceso a alimentos, si lo que comes pone en peligro tu salud” (Carlos Laorden, 2017).
El inadecuado acceso a
alimentos saludables, la disminución de actividad física sobre todo en
colegios, la desregulación del mercado de los alimentos que engordan, son
algunos de las causas que están provocando esta situación. Y lo más alarmante,
es que están desencadenando enfermedades como la diabetes, la obesidad,
enfermedades cardiovasculares y diversos tipos de cáncer entre otras.
Ante esta preocupante situación, observamos como existen remedios para reparar los daños, pero no para prevenirlos. Por ello la OMS, lanza medidas para combatir la obesidad. Entre ellas se contempla una educación para los niños, padres, docentes y dirigentes que conciencie acerca de la importancia que supone el consumo de la comida sana y la reducción de ingesta de azúcares y grasas, “Las frutas y verduras aportan micronutrientes básicos que no están presentes en otros productos, pero como contienen pocas calorías, hay que comer muchas para obtener energía suficiente” (Carlos Laorden, 2017). Además promover el ejercicio físico, reduciendo el sedentarismo, la ingesta de agua y un correcto descanso fomentará esta iniciativa de estilo de vida activo y saludable, en los que la empresa Veteporay está comprometida.
Por Fernádez, Suárez, Elizabeth Candelaria
Benito, E. (2016). La OMS alerta de que la obesidad
infantil se duplica en los países pobres. EL PAÍS. Recuperado de:
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/01/25/actualidad/1453736660_306779.html
Laorden, C. (2017). El enemigo cambia de cara: del
hambre a la obesidad. EL PAÍS. Recuperado de:
http://elpais.com/elpais/2017/01/18/planeta_futuro/1484763414_451342.html
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